En los años 50, los japoneses comenzaron a aprender y aplicar las herramientas de control estadístico de la calidad, desarrolladas en décadas anteriores por Walter Shewhart y W. Edward Deming. Sus progresos en la mejora continua lideraron la expansión de estas técnicas y herramientas y su uso intensivo en los procesos de control y mejora de la calidad.
Kaoru Ishikawa, cabeza visible de la Japanese Union of Scientists and Engineers (J.U.S.E.), extendió su uso con la introducción de las llamadas 7 herramientas de control de la calidad (7QC), que pueden considerarse como las herramientas básicas de gestión y control de calidad.
Entre estas herramientas se encuentra el diagrama de Pareto,
con el que se pretende
separar las causas que generan la mayoría de las pérdidas (a este grupo de
causas se le suele llamar vitales) de las restantes, que, como es lógico,
también generarán pérdidas, pero de mucha menor importancia (a éstas se les
suele llamar triviales).
V.
Pareto, economista italiano del siglo XIX, presentó en 1897 una fórmula en la
que mostraba que la distribución del ingreso era desigual. Diez años más tarde,
en 1907, el economista norteamericano M. C. Lorenz expresó una teoría similar,
pero basándose en unos diagramas. Ambos demostraron que la mayor parte de los
ingresos está en manos de muy pocas personas.
Fue
Juran el que aplicó los diagramas de Lorenz como fórmula para clasificar los
problemas de calidad en los pocos vitales y muchos triviales, denominando a
este método “el análisis de Pareto”.
Dicho
análisis muestra que, en muchos casos, la mayoría de los defectos y, por tanto,
los costes por ellos generados, se deben a un número relativamente pequeño de
tipos o clases de defectos.
El principio de Pareto se enuncia diciendo que el 80% de los
problemas están producidos por un 20% de las causas. Entonces lo lógico es
concentrar los esfuerzos en localizar y eliminar esas pocas causas que producen
la mayor parte de los problemas.
El diagrama de Pareto no es más que un histograma en el que
se han ordenado cada una de las "clases" o elementos por orden
de mayor a menor frecuencia de aparición.
A veces sobre este diagrama se superpone un diagrama de
frecuencias acumuladas.
Para la
elaboración de este diagrama, se seguirá el siguiente procedimiento:
1. Decidir qué problemas o defectos
se van a estudiar, y cómo se recogerán los datos.
2. Registrar los datos elegidos
(por ejemplo, mediante una hoja de revisión) y
realizar un recuento
3. Ordenar los datos de forma
tabulada de mayor a menor número de defectos, tal como puede verse en el
Ejemplo.
4. Calcular el porcentaje que cada
tipo de defecto representa sobre el total y el tanto por ciento acumulado, de
donde se obtienen los valores de la curva a representar.
5. Trazar los ejes horizontales y
verticales.
6. Trazar la escala de los ejes
verticales. Esta escala puede representar los porcentajes acumulados sobre el
total, o bien simplemente el porcentaje.
7. Trazar la curva. Una vez
realizada ésta, se tendrán claramente separados los «pocos vitales» de los
«muchos triviales».
A modo de ejemplo, en la tabla siguiente, se proporcionan los datos de las reclamaciones de los pasajeros de una línea aérea durante un año, agrupadas por motivos (tipos o clases).
En la siguiente ilustración se ha representado el diagrama
de Pareto. En él puede verse que el “efecto Pareto” es muy acusado y que pueden
priorizarse los tipos de reclamación.
En algunos casos la importancia de cada grupo no es la
misma. Por ejemplo, no es igual la predisposición del cliente hacia la compañía
aérea si le han perdido la maleta o si simplemente no había un periódico de su
gusto. En este caso se pueden fijar factores de peso para cada uno de los
grupos.
Imagen | K. Ishikawa;
Imagen
destacada de diagrama de Pareto; Ejemplo
Datos-Pareto y Diagrama Pareto
Más información | Normalización de Sistemas de Gestión; Siete
herramientas básicas de la calidad; Diagrama de Pareto en
la Wikipedia.
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